En el punto más alto de la Serra de São Mamede se encuentra la encantadora Marvão, una extensión de casitas blancas recogidas en un cinturón amurallado bien conservado.
Vista desde las alturas, la ciudad tiene una forma realmente singular, incluso se podría decir irregular si se piensa en la imagen habitual de la ciudad encaramada a una colina con un centro casi circular: Marvão, en cambio, tiene una forma estrecha y alargada, con laderas escarpadas en tres de sus lados y un acceso peatonal en el lado este.
Situada en el Alto Alentejo, una fascinante región del interior portugués casi en la frontera con España, Marvão siempre ha jugado un papel importante en la historia de Portugal por su posición estratégica, que representa un punto de defensa natural.
Hoy en día Marvão vive del turismo: los turistas de excursión desde Lisboa o que hacen una parada durante un itinerario completo de Portugal central se quedan encantados con el impresionante castillo medieval, las estrechas callejuelas del casco antiguo, los balcones de hierro forjado, las ventanas con decoraciones manuelinas, y los arcos góticos. Todo en Marvão parece haber salido de un cuento de hadas.
En el extremo occidental de Marvão surge un magnífico castillo medieval, una pequeña ciudad dentro de la ciudad, abierta a los visitantes con torres, murallas, tiendas de suvenires y una pequeña cafetería.
Originalmente construido a finales del siglo XIII y reconstruido en el siglo XVII, el castillo de Marvão permanece en el corazón de los turistas por la espléndida vista de la llanura del Alentejo que se admira desde la parte superior de sus murallas almenadas, pero en sí misma también es una vista realmente impresionante.
Al sureste del castillo se encuentra el Museo municipal, ubicado en el interior de la antigua iglesia de Santa María. Pequeño pero muy cuidado, exhibe una colección de hallazgos desde la edad paleolítica y representa una buena introducción a la historia de la región. Echad un vistazo también a la Casa da Cultura, un centro cultural en el centro de Marvão que organiza exposiciones temporales.
Entre los edificios religiosos más interesantes de la ciudad señalamos la Iglesia de Santiago, la capilla renacentista del Espíritu Santo y el Convento de Nuestra Señora da Estrela, fuera de las murallas de la ciudad.
En los alrededores de Marvão podéis visitar las ruinas de la antigua ciudad romana de Ammaia y un museo que exhibe algunos hallazgos encontrados en las excavaciones.
La mejor vista panorámica de Marvão
La atracción más espectacular de Marvão, que hace que todos sus visitantes se enamoren de esta pequeña ciudad, es la maravillosa vista de los campos circundantes.
Los mejores belvederes son la alta Torre de la Guardia y la Pousada de Santa María, una elegante casa de huéspedes albergada en casas tradicionales con una posición panorámica, y con deslumbrantes ventanales para admirar la vista.
Si no queréis alojaros en la Pousada, siempre podéis cenar en su restaurante, que sirve platos tradicionales del Alentejo. Tened en cuenta que os será difícil concentraros en el menú con las impresionantes vistas que tendréis frente a vuestros ojos!
No perdáis la oportunidad de vivir una noche de ensueño: dormir en una ciudad tan fascinante como Marvão es una experiencia inolvidable, porque cuando cae el sol y los turistas que vienen a pasar el día se van, la ciudad adquiere un aire mágico.
A pesar de su pequeño tamaño, Marvão ofrece una buena opción de alojamiento para pasar la noche, con precios incluso más baratos respecto a otras localidades turísticas de Portugal.
Podréis elegir entre dormir en pequeños hoteles o casas de huéspedes en el centro histórico, incluyendo la lujosa Pousada de Santa María recomendada por su vista panorámica, o si no concedeos una noche en una tradicional quinta portuguesa a pocos kilómetros del centro. La segunda opción os permite combinar visitas culturales con un poco de relajación en el campo.
No se puede llegar a Marvão en transporte público, por lo que es necesario alquilar un coche: la distancia desde Lisboa es de 240 km y la duración del viaje recorriendo la autopista A1 y A23 es de dos horas y media.
Una alternativa para los que no quieran conducir en Portugal es la de participar en una de las excursiones de un día desde Lisboa que incluyen Marvão como una de las paradas.